¿Necesitas comprar una chamarra para tu perro?
Para muchos dueños de perros, salir a caminar en bajas temperaturas causa preocupación sobre el bienestar de sus mascotas. Una buena opción es usar chamarras y suéteres para perros, pero ¿realmente son necesarias? Después de todo, los perros han sobrevivido miles de años sin ellas. A continuación explicamos qué tan necesarios son los abrigos para perros.
Mito 1: Todos los perros necesitan una chamarra
Los perros más expuestos al frío son los de razas de pelaje corto, perros viejos, razas pequeñas, cachorros, y perros con condiciones médicas. Por lo tanto, la gran mayoría de los perros de razas grandes y los perros saludables de tamaño mediano (no todos) pueden vivir sin abrigos. Estos no necesitan usar chamarra ya que su genética los ha preparado para esto.
Mito 2: Todos los perros se acostumbran a traer chamarra
Hay algunos que ni siquiera la notan y caminan naturalmente. No obstante, a algunos perros les incomoda traer una capa extra, especialmente si nunca la han usado. En algunos casos, la incomodidad es tal que se la intentan quitar.
No es necesario que obligues a tu perro a usar chamarra. Quizá tu perro soporta el frío mejor de lo que crees y no necesita un abrigo.
Mito 3: Ningún perro grande necesita una chamarra
A la hora de preguntarse “¿los perros necesitan abrigo?”, algunos dan por hecho que las razas grandes están exentas. Y, aunque muchos perros grandes ya tienen pelaje suficiente para el frío, como el husky siberiano, no es el caso de todos.
Por ejemplo, los galgos son muy sensibles al frío. Por lo tanto, el tamaño no es la prueba, sino la cantidad de pelaje.
¿Cómo le debe quedar el abrigo a un perro?
Si tienes dudas sobre si tu perro necesita un abrigo o no, acude al veterinario. Y, si lo necesita, checa que le quede bien. Esto significa que pueda moverse libremente, por lo que debe ser lo suficientemente justo para crear la fricción que calienta a tu perro, pero sin apretarlo. Finalmente, asegúrate que no haya cierres o partes que puedan irritar o lastimar a tu mascota.