Las alergias son reacciones del sistema inmunológico frente a agentes extraños. Existen diferentes tipos de alergias en los perros: las de la piel, las provocadas por un alimento, y las alergias ambientales.
Alergias de la piel
La dermatitis alérgica es una respuesta inmunitaria que se expresa en la piel del perro. Son las alergias más comunes. Pueden tener su origen en dos fuentes principales: las pulgas, y la alimentación.
Algunos perros son alérgicos a la saliva de las pulgas, y cuando éstas los muerden sufren diversos síntomas: comezón excesiva, sobre todo en la base de la cola; inflamación, enrojecimiento, e incluso descamación y costras.
Las alergias alimenticias y ambientales se consideran entre las dermatológicas cuando provocan malestares en la piel.
Una alergia alimenticia también pueden causar comezón cutánea, en específico, en las orejas y las patas, además de otros síntomas fisiológicos.
Las alergias debidas a agentes ambientales como el polvo, el polen, y el moho, también causan dermatitis. En muchos casos estas alergias son estacionales. Además de provocar comezón en las orejas y las patas, afectan las articulaciones y los ojos de los perritos.
Todas las alergias de la piel conllevan un riesgo de infección: en la medida en que los animales se rascan, muerden, y lamen, pueden abrir su piel y permitir el ataque de bacterias.
Alergias alimenticias
Las verdaderas alergias a los alimentos afortunadamente resultan raras entre los perros. Implican una respuesta inmune y causan síntomas en la piel (ronchas y comezón) además de malestares gastrointestinales (vómito y diarrea).
El problema más frecuente es la intolerancia a ciertos alimentos. La sensibilidad frente a algunos cereales, lácteos, o cárnicos origina, sobre todo, trastornos digestivos.
Reacciones alérgicas agudas
En muy contadas ocasiones una alergia provoca una reacción anafiláctica, que además de los síntomas ya mencionados, incluye dificultad para respirar y por tanto puede ser letal. Puede suceder por la picadura de una abeja o por la aplicación de una vacuna.
Tratamientos
Una vez que logramos identificar el agente alergénico, los síntomas de las alergias se pueden eliminar o por evasión o con tratamiento. Obviamente lo mejor será evitar la presencia del alergeno: eliminar las pulgas con jabones y shampoos, por ejemplo, o disminuir los juegos en jardines durante la primavera.
La sensibilidad o intolerancia alimentaria puede resolverse con dietas hipoalergénicas; sin embargo, lo esencial también aquí es identificar cuál es el alimento que las provoca. Para ello se suelen aislar los ingredientes y probarlos durante dos semanas, hasta dar con el inadecuado.
Cuando la alergia se ha desencadenado y los síntomas persisten es preciso acudir al veterinario, quien probablemente prescribirá algún antihistamínico. Si de lo que se trata es de una reacción aguda, es obligatorio dirigirse de inmediato a un hospital veterinario.