Adopté un cachorro, ¿Cómo lo entreno?
Tener un nuevo cachorro en casa es uno de los mayores sentimientos de felicidad que podemos experimentar. Sin embargo, cualquier persona amante de los animales puede estar de acuerdo en una cosa: educar a tus mascotas en sus primeros meses no es tarea fácil.
La educación de todos los cachorros es un proceso difícil que requiere de dedicación, atención constante y sobre todo, paciencia. Es importante recordar que todos los perros son distintos y que su educación no solo dependerá del tipo de raza, sino también de su propia personalidad. Por eso, no existe un manual definitivo de entrenamiento que pueda dar los mismos resultados para todos. Sin embargo, hay aspectos que en general funcionan y puedes intentar.
Entrenamiento básico para perros
Primero que nada, hay que entender que los perros no alcanzan su edad adulta hasta los 14 o 16 meses, dependiendo de la raza. Esto significa que el entrenamiento deberá de ser constante durante dicho número de meses. De lo contrario, el perro podría desarrollar hábitos que serán más difíciles de corregir una vez adulto.
Socialización
Las primeras semanas de vida de los cachorros son esenciales para formalizar su periodo de socialización. Durante sus primeros 3 meses, el perro debe convivir con su mamá y con el resto de la camada antes de poder ser trasladado al que será su nuevo hogar. Una vez que pase esta etapa, estará listo para socializar con otras personas y animales.
La clave para que tu perro desarrolle buenos hábitos de socialización con los demás y no sea agresivo o demasiado temeroso, es acercarlo poco a poco a los demás miembros de tu familia o amigos, así como hacer que conozca a otros perros y aprenda a jugar con ellos. Después de sus primeros 3 meses, es importante llevarlo al parque constantemente para que se familiarice con otros ambientes, siempre yendo a su tiempo y sin exponerlo a situaciones que lo puedan poner demasiado ansioso.
Mordedura
Otro aspecto a considerar es que, al igual que los bebés, los cachorros comienzan a descubrir el mundo a su alrededor por medio del olfato y la boca. Por lo tanto, es normal que en sus primeros meses comiencen a morder absolutamente todo lo que esté a su alcance. La mordedura también ayuda a desarrollar su dentadura, por lo que suelen morder para aliviar las molestias que llegan a sentir. Para esto, puedes enseñarle a morder adecuadamente con mordedores especiales que ayudan a mitigar el dolor. También puedes comprarle carnazas y otros juguetes. Cada que lo veas mordiendo un objeto que no debería, automáticamente cámbialo por uno de sus juguetes para que aprenda que eso es lo que debe de estar mordiendo.

Control de esfínteres
Finalmente, uno de los problemas principales con los cachorros es el control de sus esfínteres y el proceso de aprender a ir al baño en su lugar designado. Este es el momento en que la paciencia tiene mayor importancia, ya que no es un proceso fácil ni corto. Si bien el perro todavía no puede controlar cuándo hacer sus necesidades, puedes ir midiendo el tiempo aproximado entre cada una y reconociendo cuando está a punto de hacerlo para prevenirte.
Un consejo práctico es que cada que notes que tu cachorro está a punto de ir al baño, lo lleves directamente al espacio designado y lo premies con algún dulce o una caricia en cuanto termine. Así, el cachorro comenzará a relacionar dicho lugar con sus ganas de hacer del baño y con un estímulo positivo.
Se ha comprobado que este sencillo método produce resultados más rápido que el antiguo truco de gritarle o golpear el piso con un periódico cuando se equivoque. Asimismo, prémialo cada que haga del baño fuera de la casa.
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